A 50 años del Copamiento de Garín

El copamiento de Garín constituyó sin duda, uno de los hechos más relevantes en la historia de la guerrilla en la Argentina.
Muchos vecinos de esta ciudad recuerdan haber vivido de manera presencial el hecho que quedó grabado en la historia como uno de los sucesos más trágicos del extremismo y de la intolerancia.
Ocurrió el 30 de julio de 1970, hace 50 años, cuando un grupo armado de unos cuarenta militantes, incluidas unas doce mujeres, tomaron distintos puntos de la localidad.
La agrupación denominada FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), tomó como ejemplo la toma de la localidad de La Calera, en Córdoba, por los Montoneros, ocurrida un mes antes.
Esta célula extremista fue creada por Carlos Olmedo y Roberto Quieto hacia 1967 con el objetivo de apoyar las acciones guerrilleras del Che Guevara en Bolivia, pero a la muerte de éste, las metas viraron hacia el ámbito nacional.
Previo trabajo de inteligencia y una minuciosa planificación, el grupo FAR llegó a Garín a la una del mediodía y divididos en varios comandos, tomaron por las fuerzas la comisaría, el Banco Provincia, que en ese entonces estaba ubicado en Belgrano y Sulling y todos los puntos desde donde se podría alertar a las fuerzas policiales telefónicamente o por telégrafo. En tal sentido un grupo copó la oficina de la operadora de la empresa de teléfonos Entel, donde fue serruchado el cable troncal de telefonía. Esta central funcionaba en el boulevard entre Churich y Las Heras. También vigilaron la estación del ferrocarril, donde, tras ingresar a la oficina del jefe mandaron un telegrama, pero consideraron que no era necesario intervenir la misma. También Ingresaron a la entonces asilo de niños SOS Oprovi Argentina, en Belgrano y José Hernández, quitando de servicio el teléfono y además tomaron por asalto la casa de los vecinos Torasso, en la calle La Heras al 500, en razón que ellos utilizaban un sistema de comunicaciones por radioaficionado, donde también obstruyeron su funcionamiento.
Durante el tiempo que duró la acción, un grupo de integrantes de la FAR con uniformes policiales cortó la avenida Belgrano a la altura de José Hernández, imposibilitando el ingreso de vehículos provenientes de la ruta Panamericana y desviando el tránsito saliente por una calle de tierra, donde se retenía documentación y llaves de vehículos, bajo pretexto de una investigación policial por el secuestro de Pedro Eugenio Aramburu.
Por otra parte, otro núcleo, también uniformado, cortaba el ingreso y egreso del tránsito que pudiera entrar o salir hacia la Panamericana ramal Pilar, en la avenida Márquez (actual Fructuoso Díaz) y el Boulevard,.
Durante ese tiempo una unidad móvil, Jeep Gladiator, de la comisaría de Escobar que ingresaba al pueblo por la calle Belgrano, fue reprimida mediante disparos a las cubiertas, deteniendo su marcha y dejándola inutilizada.
En cuanto a la comisaría, llegó al lugar una pareja vestida de médicos y tras ser atendidos extrajeron armas y redujeron a dos oficiales que se encontraban en el lugar, encerrándolos en el calabozo, lo mismo que a dos vecinos que llegaron corriendo para informar lo que estaba sucediendo en el banco.
De la dependencia policial se llevaron armas y uniformes de la bonaerense, mientras que en las paredes pintaron la consigna «Libres o muertos, jamás esclavos FAR“.
El principal objetivo fue el Banco Provincia ubicado a solo tres cuadras de la comisaría. Cuando una pareja llegó hasta el policía que estaba de guardia en la puerta, el agente Fernando Sulling, sospechó de un asalto y sacó su arma reglamentaria y la mujer le disparó con una ametralladora en el estómago. Algunos dicen que Sulling no se habría resistido ni habría extraído su pistola.
Al mismo tiempo del asalto al banco, en frente, también fue reducido el dueño del bar El Farolito, junto a todos sus comensales.
Enseguida, en el provincia, se unieron otros miembros de la agrupación subversiva y redujeron a los cajeros y empleados de la entidad bancaria, lo mismo que a otro policía que estaba de consigna y lograron apoderarse del dinero de la caja, ya que al tesoro no lograron ingresar, puesto que la llave estaba en la comisaría y aunque la fueron a buscar, los asaltantes recibieron desde afuera la orden de abandonar toda la operación y a las 14:30, después de una hora y media de iniciadas las acciones, las distintas células escaparon en vehículos por ambas Panamericanas. En las paredes del banco también quedaron pintadas las consignas «FAR Fuerzas Armadas Revolucionarias».
De Garín se llevaron $ 3.316.628 pesos moneda nacional, cuatro revólveres, siete pistolas de diversos calibres, varios cargadores completos, chapas identificatorias de la policía y varios uniformes policiales, que luego serían utilizados en otras acciones.
Toda la operación fue dirigida desde otro lugar a través de radio transmisores y por lo que se sabe hubo grupos de apoyo en los alrededores, por si había que trasladar heridos.
Tras el hecho, el cabo Sulling fue trasladado al hospital de Tigre donde dejó de existir. En su honor, la calle donde en esa época estaba ubicado el banco provincia, lleva su nombre.
A raíz del copamiento de Garín, en ese entonces el presidente de facto Roberto Marcelo Levingston, reunió al Consejo Nacional de Seguridad y ordenó equipar a las fuerzas para la lucha contra la subversión, también aplicar con rigor las normas vigentes, aún la pena de muerte contra lo que dieron en llamar «delincuencia ideológica»
Hacia 1973 la FAR dejó de existir como grupo independiente fusionándose a la postre, con la agrupación Montoneros. En la foto de portada vemos una imagen del cabo Fernando Sulling, a la familia Torasso y la fachada del banco Provincia después del asalto.